Esta vivienda pasiva ubicada en el barrio de Torrero en una parcela de mínimas dimensiones es uno de nuestros proyectos favoritos en el cual tuvimos que aplicar el ingenio para poder construir dentro de un presupuesto muy ajustado una vivienda pasiva con un taller anexo en planta segunda.
La calidad de los proyectos que realizamos depende en gran parte de sus promotores, como en este caso en el cual tanto Silvia como Fernando confiaron en nosotros superando el escepticismo inicial que tenían sobre el Passivhaus y vivir en “una casa sin calefacción”.
Para contener los costes de la construcción, la estructura se prefabricó en taller y fue montada en menos de doce horas, causando gran expectación entre los vecinos del barrio.